Los mercaderes en el templo de la literatura
El Plagio Literario punto com
Fedra y el monstruo multicolor. (Rfa-3.0.0)
Irisado según se acomoden en torno suyo los rayos del sol, o de la luna, o el débil brillo de las lejanas estrellas o de velas. En noches cerradas, o lugares velados, diríase desvanecido, pues al atenuarse la luz se atenúa, y al desaparecer ésta desaparece, y puedes moverte por el espacio que antes ocupaba que nada molesta. Mas ahí permanece. Luego, al suspirar el pedernal, pasar la nube, golpear el rayo o romper el alba, tan pronto el mínimo fulgor regresa, los destellos multicolor vuelven a delatar su posición allá donde se moviera para no estorbar, o allá de donde nunca se fue. Ni aún los de vista más audaz aciertan a poder describir su verdadero aspecto, pues el aura que lo envuelve vela su intuido ser, siendo siempre tan esquivo al tacto como cuando no puede ser observado.
Los niños disfrutan jugando a cazarlo, los jóvenes comparan su belleza con la de sus pasiones, los ancianos buscan consuelo en el flujo de sus tonalidades. Para la mayoría no es más que una masa de luz que se contonea al céfiro, errando por los bosques, campos de labor y aldeas. Como los ríos, las lluvias, las nevadas, la brisa que remonta el valle, o los vientos exiliados de la Cresta de Fierro. Se mueve indiferente, sin más ley aparente que la de no entorpecer, acercarse ni dejar que se le acerquen. Quien lo ve no puede por menos que reconocer su belleza, quien se aproxima es testigo del confortable calor de su aliento, quien intenta atraparlo siempre fracasa. Perder es parte del juego cuando eres un niño risueño, pero condena de frustrante desesperación para quien intentó desvelar el misterio.
Yo…, estuve tan cerca…, y tan lejos…, siempre tan lejos.
Llamamiento al proletariado literario
La industria cultural comercializa soportes. Su poder deviene de ahí, de su capacidad de movilizar papel, imprenta, furgonetas de reparto.... Los contenidos los aportamos los autores. Pero los seleccionan y gestionan los editores, por su capacidad de controlar la totalidad del proceso.
Hasta ahora, no era posible la existencia del contenido sin el soporte, ni la del soporte sin contenido alguno. Paradojas sobradamente constatadas: que una obra puede tener un gran valor literario, y no alcanzar valor comercial alguno si no se une a un soporte -papel, libro- que permita su comercialización. O lo contrario: que la industria cultural promocione y difunda obras de dudoso valor en papel couché y tapa dura.