Salinger, y los guardianes de su obra.


"Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras."

El Guardián Entre el Centeno
J. D. Salinger

La muerte de Salinger ha vuelto a poner en primer plano el interés que pueda tener la vida privada del autor para los lectores de su obra.

Citando uno de los artículos aparecidos estos días: En tiempos de manía publicitaria, exhibicionista, J. D. Salinger ha eludido combativamente la intromisión espectacular de periódicos y televisiones. Ha pleiteado contra sus biógrafos. Ha sufrido las indiscreciones autobiográficas de mujeres que lo tuvieron cerca y han practicado con el escritor el género Kiss and tell, o "besa al famoso para después contarlo", incluso desde un punto de vista filial.

La muerte de Salinger ha actualizado lo que se sabe de su vida, que ha sido curioseada y cotilleada por el público. Ha dado impulso publicitario-mediático a las biografías no autorizadas sobre él, e incluso a alguna peli grabada más o menos subrepticiamente. Se supone también que a la propia obra de Salinger (felicidades a Alianza Editorial y a los herederos de sus derechos de autor, por el pequeño incremento de caja)

Pudiera parecer que “el ejemplo de vida” de Salinger viene a coincidir con nuestro ideario, que aspira a dejar la obra desnuda sin adherencias o excrecencias de mercadotecnia. Sería una ocasión fácil tomar partido por él, abominar de los que quieren rentabilizar su vida privada, para nombrarlo “bastardo de corazón” y ennoblecer nuestro ideario con un minúsculo girón de su fama.

Salinger es el polo opuesto al famoseo, el exhibicionismo patético de un inmaduro adolescente como Hemingway, o de un Cela descarado arribista sin escrúpulos haciéndose fotos con Baroja para poder señalarse luego. En fin, ejemplos hay hasta aburrir, desde el quizás no querido pero involuntario y objetivo retrato de Vargas Llosa disfrazado de Coronel Tapioca en el Congo para las páginas de un suplemento semanal, hasta las estupendas peripecias de Stieg Larsson, familia y viuda. Todo al servicio del merchandising.

Pero pudiera parecer que sin llegar a esos extremos, la vida de Salinger interesa honestamente a la literatura, a los lectores honrados. ¿Hasta qué punto y en qué circunstancias?

Hace decenios que se viene teorizando sobre lo borroso de las fronteras entre ficción y realidad. No cabe duda que de cara a la vida práctica, no deberíamos dejar que ningún niño creciera sin que llegara a establecer nítidamente la distinción entre lo que es real y lo que es ficción. Pero la literatura es otra cosa, y es inacabable la lista de obras en las que esa distinción hace aguas. Y eso es así y debe ser así, en la medida en que, como dice Vargas Llosa, toda novela es una "tentativa de corrección, cambio o abolición de la realidad real". La novela -paradigma de la ficción- está obligada a dialogar con lo real, a repetirlo para refutarlo.

Ahora bien, ¿en qué medida interesa la vida del autor -parte importante de la realidad de la que nace su obra- al lector de su ficción? En realidad, el autor entrega su obra completa, acabada, en la que no ha de faltar o sobrar nada que él no haya querido poner. La biografía del autor no debería ser necesaria. Pero volviendo a la cita de Vargas Llosa, si la ficción es una crítica de la realidad, se entiende que el lector establezca un diálogo entre la ficción que consume (lee o ve) y su propia realidad y la de su entorno.

De alguna manera, esa interacción entre la ficción que se lee y la vida del lector, se asemeja a lo que hace la crítica literaria cuando estudia la obra en relación con el autor y su biografía. ¿Y quién dice que lector y crítico literario no son lo mismo, salvo por lo que de profesionalización pueda tener esto último?

Dosis Lessing ha publicado, con dosis muy variables de pudor y reservas, dos volúmenes de memorias: Dentro de mí y Un paseo por la sombra. Sería absurdo leerlas como autohagiografías. Quien conozca su obra, podrá prescindir plenamente de ellas para leer Canta la hierba o Éste era el país del Viejo Jefe. Pero seguramente que El cuaderno dorado se ilumina mucho mejor a la luz de otro cuaderno más: lo que ella cuenta de sí misma, una segunda o tercera versión de Ana Wulf. Sí, la vida de un autor puede llegar a formar parte de su ficción, y él llegar a ser el último de sus personajes. Más aún, cuánto más realista, crítico y combativo es el propósito de su ficción.

Pero es la Obra la que debe estar al mando. Doris Lessing es consciente de eso, y sus dos libros de memorias, como la recreación de una vida alternativa para sus padres en Alfred y Emily, forman parte explícita de su obra. Ella lo ha querido así.

Pero la obra de Salinger debería terminar donde él dice que termina. Ir más allá es intentar leer una obra que él no ha escrito. En este caso, los derechos de comercialización de editores y herederos están traicionando el derecho del autor sobre su obra.

0 comentarios:

Aviso Legal

A los efectos de cumplir los requisitos de información indicados por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, se incluyen los siguientes datos del Administrador: Contacto:PierreMenardAutor@gmail.com. Se avisa que, según la LSSI (Art. 16) cualquier solicitud de retirada de contenidos habrá de ser ordenada por la autoridad judicial competente. Sólo se admitirá conocimiento efectivo de una solicitud tras la recepción de la orden judicial correspondiente. No se atenderán, con carácter general, peticiones de retirada de contenidos hechos a título individual, si bien se considerarán peticiones de modificación si están debidamente justificadas. Ningún cambio, retirada o modificación de información habrá de ser interpretado como asunción de culpabilidad, explícita o implícita. El contenido del blog bastardosdepierremenard.blogspot.com se considera protegido por los derechos de libertad de expresión e información, tal como recoge el Artículo 20 de la Constitución. Las entradas y comentarios vertidos en él serán responsabilidad única de quienes los escriban. El administrador de esta web declina cualquier responsabilidad a tal efecto. La capacidad técnica a disposición del administrador en cuanto a la posibilidad de modificar o eliminar comentarios no debe en ningún caso entenderse como aceptación, aprobación o respaldo de tales comentarios. Así mismo los contenidos de los blogs y enlaces son responsabilidad de sus creadores y su enlace no debe en ningún caso entenderse como aceptación, aprobación o respaldo a tales contenidos. No se guardarán datos personales de las personas que contacten conmigo por email u otros medios, salvo los datos de contacto (número de teléfono, dirección e-mail), que no serán cedidos a terceros bajo ninguna circunstancia. Si desea usted oponerse a tal tratamiento, basta con que lo indique en su mensaje, o bien con posterioridad en la dirección de contacto aportada. Noviembre de 2009