Nombramos "bastardo de corazón" a Javier Calvo, por su artículo Por un libro universal
Cómo todos sabeis, El Pais, periódico del Grupo Prisa, lleva meses publicando, como gota malaya, artículos de opinión pidiendo una regulación más estricta que la actual de los llamados "derechos de autor". Extrañamente, han publicado éste, del que extractamos las siguientes frases:
Para quienes ya usamos lectores de e-books, es evidente por qué. El libro electrónico es mucho más barato, gratuito en el caso de las obras libres de derechos (que abarcan todo el canon literario previo al siglo XX); permite la adquisición inmediata, elimina problemas de espacio y, pese a que alguno vaya a levantar la ceja, es más cómodo y manejable que un libro.
No hay duda de que esa insostenibilidad "estructural" del modelo editorial tradicional aplicado al e-book es una mala noticia para editoriales y grandes librerías, que ya deben de estar temblando al pensar en el dinero que perderán cuando la gente se descargue gratis el nuevo Dan Brown. Su gran preocupación no son los "derechos de autor", obviamente: la gratuidad favorece el consumo y eso interesa al autor. Son los beneficios de sus accionistas lo que peligra. Los empresarios tienen tanto miedo a que la gente acceda a los libros gratis que están generando situaciones grotescas: varios grupos editoriales americanos, por ejemplo, ya han declarado una guerra contra las bibliotecas públicas para que éstas limiten al máximo el préstamo de e-books, presionando, por ejemplo, para impedir las lecturas simultáneas. Una idiotez diametralmente opuesta a la idea de biblioteca pública.
A quien realmente beneficia la insostenibilidad del modelo editorial es a los lectores y a los autores: la extensión natural de la piratería tiene que favorecer un modelo alternativo al que ofrecen las editoriales actuales. Sin las cortapisas que imponen el DRM y su legislación asociada, autor y lector tienen la oportunidad de adentrarse en una nueva era delimitada por los horizontes ideales de la distribución universal y el acceso universal.
Aun así, este nuevo modelo no se libra de otros dos problemas tradicionales de la auto-edición, que a los editores tradicionales les encanta señalar como infranqueables: la promoción y el marketing. El horizonte que propongo pasaría por combinar conceptos como la gira promocional, el uso de agencias de relaciones públicas especializadas y las distintas técnicas de marketing viral.
tenemos que ser los creadores quienes empecemos a mover ficha. No vamos a cambiar el mundo de la noche a la mañana, pero no hay duda de que un panorama donde los lectores tengan acceso libre y gratuito a los libros es el modelo deseable, y vale la pena trabajar en esa dirección. La tecnología lo permite, en el marco de una serie de prácticas que devuelven cierto control al artista y que ya están teniendo precedentes apasionantes en experiencias de autogestión en el mundo audiovisual.
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